jueves, 31 de agosto de 2023

Tuve que ingresar en un colegio de pago, el "Liceo Sorolla"

«Ni que decir tiene, que tuve que ingresar en el colegio. Por no haber plaza en la escuela pública "del pueblo", como todo el mundo lo llamaba, tuve que ingresar en un colegio de pago, el "Liceo Sorolla", una especie de instituto donde iban los niños "pijos" de la época. Entre aquel alumnado mixto, no caí demasiado bien, pues no conseguí ninguna amistad, más bien todo lo contrario. 

Rápidamente me apodaron "el gordo", quizás porque estaba algo rellenito. Otros me llamaban "el pelao" en un tono despectivo, pues iba con el pelo cortado al rape con francheta. Ese era el corte de pelo de los pobres, y encima con alpargatas y con la bata listada. No pegaba mucho entre aquellos niños "pijos" bien calzados, bien vestidos y bien peinados con exceso de brillantina. No usaban la bata escolar, había una clase y yo no pertenecía precisamente a ella. 

Recuerdo que todos los meses mis padres me entregaban un duro de plata para entregar al Sr. Director. Esto para mis padres representaba mucho dispendio y estaban deseando matricularme en la escuela pública. 

De las niñas "pijas", no digamos nada, eran todavía peor... Burlas, tomaduras de pelo, enredos y acusaciones sin motivo. Cuando alguien hacía "algo" y el profe espetaba ¿quién ha sido ?, rápidamente me acusaban a mí , pobre inocente... recibiendo el injusto castigo de un palmetazo en la punta de los dedos, entre las crueles risotadas de "les xiquetes del parrús", y la condescendencia del profesor. No sabían el mal que hacían psicológicamente. Menos mal que solo fueron unos meses, hasta terminar el curso escolar. Llegué a odiarlos».

Vivencias de juventud

Francisco Marcos Hernández



Profesoras y alumnas del Liceo Sorolla. 1948

Archivo de Rafael Solaz


Todocolección

No hay comentarios:

Publicar un comentario