«Tiempos difíciles que propiciaron el trapicheo de la época trayendo desde las costas de Marruecos, Ceuta ó Melilla cualquier producto que fuese vendible en la capital como los licores o el tabaco que se prodigó como mercancía de venta y contrabando casi obligada en época de penurias.
El tabaco, traído desde las costas de Marruecos, lo sacaban los pescadores del puerto entre sus enseres personales y, por la gran tolerancia que por la época existía en los accesos a la plataforma portuaria, se ganó la popular aceptación como moneda de cambio en muchas de las necesidades que los propios pescadores tenían y que faltos de dinero especulaban con el tabaco. De esta tradicional forma de intercambio surgieron clanes con denominación propia tan arraigadas en las familias cabañaleras como “La purera”, “ El petaca” y otras que con los productos de lo que las embarcaciones traían de Marruecos hacían su negocio y contribuían en esta época a la mejora de las rentas de muchas familias sin llegar a los extremos de considerarlo como un contrabando en toda regla».
Tiempos difíciles
Eduardo Andrés Conejero
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