«Habían llegado a su lugar y se colocaron los cuatro juntos. Alejandra se encandiló. La plaza estaba a reventar. La multitud de colores la convertía en una verdadera atracción. De repente, la música la sobresaltó.
La banda colocada en la parte alta empezó su serenata al tiempo que los toreros, banderilleros y picadores montados en hermosos caballos hacían su aparición. Los diestros, conocidos en el mundo taurino como toreros consagrados, lucían traje de luces con colores vistosos de seda, adornados con lentejuelas y adornos en oro y plata. Con el capote de paseo ceñido al busto y la montera, atravesaban la plaza con arte y desafío».
Las doce llaves
María Villamayor
Plaza de toros de Valencia
Todocolección
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