«Eran casi las dos del mediodía, cuando Lluís dio señales de vida. Apareció por el piso de Llano de Zaidía cinco horas más tarde de lo acordado. Entró agobiado y tirando sapos y culebras por la boca.
—¡Esos hijos de puta! Llevan siguiéndome toda la santa mañana. Tan solo hace una hora que he conseguido despistarlos y de puro milagro».
Las doce llaves
María Villamayor
Calle Llano de Zaidía. 1950
http://vicenticoaa.blogspot.com/2013/09/valencia_29.html
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