«Pepe y Lluís acababan de bajar del taxi, mientras Sara y Alejandra pagaban el viaje justo en la puerta del Banco de Valencia, y por supuesto con la llave número doce bien custodiada. Nerviosos por los acontecimientos y todavía desconcertados por haber salido airosos del coche policial, hacían su entrada en la majestuosa puerta de la entidad. Solicitaron las cajas de seguridad que tenían contratadas y bajaron por el ascensor para llegar a la habitación de máxima seguridad. El empleado les miró con discreción e intentó adivinar qué tendrían dentro tan bien guardado».
Las doce llaves
María Villamayor
Fachada de la segunda sede central, en la actual
calle de Correos, según una ilustración de la
Historia del Banco de Valencia (1945)
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