«—¿Y el doctor? —preguntó Dorronsoro.
—A última hora me ha dicho por teléfono que no podía venir aquí y que de nueve a nueve y media, sin falta, estará en el colmado.
—Entonces ¿qué hacemos? —preguntó Delfina.
—Tomaremos un coche —dijo Isasi.
—¿Para qué? —repuso Elena—. ¡Si vamos a tener que esperar! Vale más que vayamos a pie.
—Bueno; pues vamos.
—Yo me voy a poner la careta —dijo Elena.
Se la puso, y como vio que Delfina tomaba el brazo de Isasi, ella hizo lo mismo y se agarró al de Dorronsoro».
Locuras de Carnaval
Pío Baroja
Estampa. 15 de septiembre de 1934
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