«A pesar de todo aún me atraían ciertos ritos, el incienso, el gregoriano, el esplendor de la liturgia estéticamente elaborada, si bien estos elementos de mi adolescencia mística comenzaban a ser anegados por las sensaciones de un mar corporal, la brea del puerto, la música de los Platters, el humo ciega tus ojos y este humo ya no era de incienso, sino del cigarrillo Pall Mall bajo la mirada de una chica con el primer cubalibre en la mano que era la nueva forma de oficiarse el alcohol».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent
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