«Han cambiado muchas cosas, y más que van a cambiar; pero la ciudadanía se acostumbra pronto, qué remedio, a la disciplina cuartelera. En adelante, el español debe ser mitad monje mitad soldado. Las citaciones oficiales para cualquier asunto recuerdan, de oficio, que se debe obediencia «sin excusa ni pretexto alguno». Cuando uno conecta telefónicamente con un organismo oficial, el telefonista le espeta: "¡Arriba España! Dígame". A lo que el comunicante debe responder: "¡Arriba España!", antes de exponer su recado. Las peticiones oficiales acaban con las palabras: "Es gracia que espera alcanzar de Vd. cuya vida guarde Dios muchos años". Las cartas, aunque sean privadas, y eso incluye las íntimas misivas de amor, deben comenzar por el encabezamiento: «Saludo a Franco. ¡Arriba España!», y deben acabar con la despedida: "Por Dios, España y su revolución Nacional-Sindicalista"».
Los años del miedo
Juan Eslava Galán
Oficina de Telefónica. Valencia
Todocolección
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