martes, 16 de julio de 2019

Y un aire de acordeón llegaba desde la sombra de los cañizos

«Desde el trampolín de la piscina también se veía el merendero de la Marcelina dentro del sonido del mar que arrastraba en la resaca todo el perfume de arroces, calamares y mejillones que los bañistas desnudos comían de forma pegajosa y un aire de acordeón llegaba desde la sombra de los cañizos donde se celebraba alguna boda o una comunión. Sonaba el pasodoble Valencia que muchos cantaban a coro junto con la maraña de gritos de los niños que se bañaban. Estas sensaciones diluían las amenazas morales que aún subsistían en mi cerebro a pesar de la sal».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



María Jesús y su acordeón con quince años  

J. Guerrero

https://www.elespanol.com/

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