«Allí celebré las bodas con mi inocencia, según Camus. Los primeros días de ejercicios en el solario me abrasaba la piel y de noche mientras preparaba los exámenes se me ponía la espalda en carne viva. De madrugada bajaba al comedor y me llevaba a la habitación la aceitera y con ella me embadurnaba con aceite de oliva todo el cuerpo a modo de bálsamo de urgencia y untado de esta forma como un griego leía un librito de tapas rojas, Verano, de Camus, donde estaba mi nueva profesión de fe, que era Nupcias en Tipasa. Por primera vez tenía la percepción del libertinaje de la naturaleza que era todo el mar extendido al pie del trampolín».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent
Piscina de Las Arenas
Todocolección
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