sábado, 15 de enero de 2022

Que se celebrara en la Sala Xúquer ayudó

«Lo del marquesado nos pilló por sorpresa. Hacía años que vivíamos al otro lado del río, mi padre ya había muerto y aunque salir en el '¡Hola!' no entraba en mis planes, tampoco tenía nada que perder. Carecía de expectativas y el marquesado podía ser una salida laboral. Pensat i fet, me apunté al cursillo, una especie de 'Operación Triunfo' con gotitas de 'Gran Hermano' y 'Hotel Glamour'. Que se celebrara en la Sala Xúquer ayudó. Ni siquiera necesitaba sacar la vespa. El primer día hubo una conferencia a cargo de un tal Mariñas. O Peñafiel, ya no recuerdo. El mensaje me quedó claro: «Queridos futuros marqueses. Para ser marqués, lo más importante es querer ser marqués. Cuando uno quiere ser marqués acaba siendo marqués. A cada marquesado le corresponde un marqués y es vuestra obligación que vuestro marquesado sea digno de un buen marqués y como marqués vuestro que soy os prometo un marquesado». Un memo, uno al que enseguida apodaron Cap de Canoa, preguntó si marqués era más que conde. La pregunta se quedó sin responder. Ni puta idea, chaval. En el descanso, más abrumado que otra cosa, salí a tomarme un cortado en La Salamandra. Washington Peláez, el escritor argentino del barrio, tomaba notas en una servilleta. Me saludó con un leve movimiento de ceja. A lo Ancelotti».

El marquesado de Zurradores

Rafa Lahuerta Yúfera

https://www.lasprovincias.es/



Plaza Xúquer

VAHG


2 comentarios:

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  2. Relato creo que dirigido a los hermanos Carlos y Vicent, de apellido Marques. Salu2 de ellos, olivon.

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