sábado, 31 de agosto de 2024

Aparqué frente a la casa consistorial

«Entre esas cavilaciones llegué a la plaza del ayuntamiento. Aparqué frente a la casa consistorial y, tras bajarme, me sacudió una sensación de pesadumbre, de impotencia. Me senté en uno de los muchos bancos de hierro que había en aquel lugar. Cubiertos de esa pintura plástica verde que se astillaba con solo pasar la mano. Estuve jugando con ella durante un rato, tratando de trazar, de imaginar, un plan plausible. Volví a mirar el cielo. Esta vez se había teñido de un morado apagado, soliviantado por lengüetazos plateados. Una bandada de ruidosas aves atravesó aquel lienzo trazando erráticas cabriolas».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Plaza del Caudillo, actual del Ayuntamiento

?

jueves, 29 de agosto de 2024

Moteadas por barcas y artes de pesca

«Mis ojos, entonces, se posaron en el mar. La fulgurante plata de la Albufera que había dejado atrás se oxidaba ahora en la inmensidad del Mediterráneo. Me fijé en las playas parduzcas, trufadas por más caños y humildes barracas, moteadas por barcas y artes de pesca. Vida ante el precipicio del tiempo. Vida que se pudría ante la inexorable llegada del progreso, progreso disfrazado de especulación inmobiliaria, de turismo masivo, de la industrialización del ocio».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Arreglando las redes. 1899

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 22.2 x 36.9

Colección privada

martes, 27 de agosto de 2024

Cañas y carrizos emergían de esa masa metálica

«Me subí a mi Seat 850 color crema y puse rumbo a Benissa. En Sedaví, cogí la N-332, la misma en la que Eugenio se había destrozado el brazo, pero, esta vez, en dirección a Alicante. A la altura de la Albufera miré a la izquierda. El cielo gris, encapotado, se reflejaba en la laguna, dándole un aspecto espeso, como si estuviera cubierta de mercurio. Cañas y carrizos emergían de esa masa metálica, como si fueran apéndices y filamentos de un enorme y mágico animal prehistórico. Por la ventanilla semiabierta se colaban un sinfín de aromas que no acertaba a adivinar, brisas con diferentes temperaturas y humedades».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



La Albufera

Todocolección

domingo, 25 de agosto de 2024

Desde su habitación se podía ver el otro módulo del complejo hospitalario

«Eugenio chascó la lengua y miró por la ventana. Desde su habitación se podía ver el otro módulo del complejo hospitalario y el patio interior, sucio y repleto de extractores de aire. El cielo sobre la ciudad de Valencia era gris claro, como bañado en plata. Las vistas desde cualquier habitación de cualquier hospital solían ser igual de deprimentes. Mi amigo volvió a mirarme. Sus ojos transmitían resignación, pero también decisión».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



La Fe

Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu

viernes, 23 de agosto de 2024

Es el que más tajada va a sacar con la recalificación del Grao

«—Hazme caso, todo cuadra. Piénsalo, es el que más tajada va a sacar con la recalificación del Grao y no tiene ninguna conexión con el ayuntamiento. Es una jugada perfecta.

—Sí, bueno, eso tiene sentido —dijo, mirando al techo—, pero va a ser difícil probarlo.

—No, Eugenio. Febrer contrató a los asesinos. Simplemente hay que encontrar la conexión entre ellos.

—Simplemente, dice. Son profesionales, Paco, no dejan rastro tan fácilmente. Esos tipos mataron a tu hermano. Lo sabes, ¿verdad?

—Lo sé, Eugenio, lo sé.

—¿Y el otro asesino? ¿Sabemos dónde está?

—Bah, ni idea. Ese cabrón debe de estar ya en Francia —dije resignado».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Avenida del Puerto


miércoles, 21 de agosto de 2024

De la habitación 303 del hospital de La Fe de Valencia

«Eugenio abrió poco a poco los ojos. Lo observaba desde hace rato, con los brazos cruzados, sentado en una incómoda silla blanca de la habitación 303 del hospital de La Fe de Valencia. Su primer gesto fue una mueca de dolor. Levantó ligeramente su brazo izquierdo para mirar la herida cosida. Embadurnada de yodo y recorrida por puntos de sutura negros. Levantó una ceja al ver las dos barras de metal que, desde los laterales del brazo, lo atravesaban para soldar el radio. La otra mano se dirigió curiosa al resultado de la cirugía.

—No te lo toques —le ordené».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



La Fe

Todocolección

lunes, 19 de agosto de 2024

Rosa, bonica, ponnos unas palometas, hazme el favor

«—Rosa, bonica, ponnos unas palometas, hazme el favor —dijo el secretario político, para luego advertir la presencia de Eugenio—. Hombre, el madrileño, ¿qué tal?, ¿cómo te trata nuestra tierra?

Eugenio retomó la farsa de ser mi compañero de la universidad. La conversación era cordial y derivó rápidamente en el asunto del que hablaba todo el pueblo. Espontáneamente, se inventó el rumor de que la Guardia Civil sospechaba que el tío Tonet era el responsable del asesinato de Puig, aun a riesgo de ser acusado de revelar secretos de una investigación en curso. Una revelación que, para nuestra sorpresa, no le cuadraba a ninguno de los auténticos oriundos».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Bar Dígame

Calle de las Barcas

?

sábado, 17 de agosto de 2024

La tormenta no se hizo esperar demasiado

«De repente, sus ojos se iluminaron por un fogonazo tras de mí. El rayo y el incremento del viento anunciaban la inminente tormenta.

—Será mejor que nos marchemos, amigo.

Anduvimos deprisa las escasas manzanas que nos separaban de nuestro bar. La tormenta no se hizo esperar demasiado. Gruesos goterones repicaban en los adoquines de las callejuelas del centro, mientras que Eugenio y yo tratábamos de caminar ligeros sin resbalar».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Día gris en la playa de Valencia. 1904

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 83,7 x 62,60

Museo Sorolla

jueves, 15 de agosto de 2024

El mar, que había adquirido una tonalidad turquesa, se agitaba nervioso

«El mar, que había adquirido una tonalidad turquesa, se agitaba nervioso, digiriendo aún la muerte de su hijo con la que se había despertado aquella mañana. Ya en la costa, el aire se movía ligero y traía aromas de arena mojada. Encendí un cigarrillo y se lo tendí.

—¿Sabes qué fue lo último que dijo mi hermano antes de que lo mataran?».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Mar de tormenta. 1899

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 43 x 64

Museo Sorolla

martes, 13 de agosto de 2024

El cielo, plomizo, se reflejaba en un mar que se agitaba nervioso

«El todoterreno comenzó a bascular al entrar en el poblado, dejando a su paso una estela de polvo arcilloso. Aparcó junto a otros dos vehículos idénticos y un Renault 8 negro que Eugenio dedujo que sería del juez, frente a la barraca que había conocido la tarde anterior.

Caminaron hacia el cuerpo que yacía, tapado por una sábana, a escasos metros de la orilla. La barca había sido encallada en la arena y, escorada a un lado, parecía apesadumbrada, dolida por la muerte de su patrón. Todo, de hecho, tenía un aspecto de luto por la desaparición del viejo pescador. El cielo, plomizo, se reflejaba en un mar que se agitaba nervioso, creando olas angulosas y reflejos nacarinos en toda su superficie. El blanco encalado de la barraca ya no fulguraba con el sol del Mediterráneo, parecía apagado, contagiado por esa atmósfera pesada. Algunos vecinos se arremolinaban tras los coches, entre curiosos y abatidos, con los gestos duros, tostados por el sol y por una vida de sacrificios».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Dique Norte. El paretó

Cortesía de Juan Devis


domingo, 11 de agosto de 2024

Era conocido en el Grao, un pescador de toda la vida

«—Bueno, ¿qué más sabemos?

Los guardias se miraron discretamente. Eugenio era consciente de que, tras varios minutos de viaje, el Santana debería ya apestar a licor. El sargento Aldecoa fue el que se volvió.

—El señor ha amanecido con la cabeza abierta en su barca. Era conocido en el Grao, un pescador de toda la vida.

—Se conoce que le daba a la botella de lo lindo —completó Medina—. Lo lógico es que se hubiera desnucado borracho. Ya sabe que la explicación más sencilla suele ser la correcta. Al menos, así ha sido hasta ahora en este pueblo.

—¿Quién era?

—Eeeeh —Aldecoa abrió la carpeta—, Antonio Benavent  Gómez, nacido el 20 de diciembre de 1898 en Benissa de la Safor, provincia de Valencia; hijo de Salustiano…

—El tío Tonet, vaya —interrumpió su teniente, mientras se helaba el sudor de Eugenio».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Pescando en el puerto de Valencia

?

viernes, 9 de agosto de 2024

Lamentamos molestarte, pero han encontrado muerto a un hombre en el Grao

«—Inspector Martín, buenos días.

La cara amable del sargento Aldecoa, inclinada sobre la cama, le tranquilizó. Las palabras de su superior, el teniente Medina, no tanto.

—Inspector, lamentamos molestarte, pero han encontrado muerto a un hombre en el Grao. Pensábamos que le gustaría acompañarnos. Discúlpenos, si le viene mal, le hacíamos trabajando en el caso de Puig.

A pesar de que aún estaba borracho, Eugenio era lo suficientemente inteligente para no solo reconocer el sarcasmo, sino también para ser consciente de lo poco afortunada de su situación».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



El crimen del Camino del Grao

Mundo Gráfico. 8 de noviembre de 1916


miércoles, 7 de agosto de 2024

Y se pudrían al sol, como un buque encallado en la orilla, como una ballena varada en la playa

«Todos ellos, además, estaban envueltos con un aura mística, heroica, de resistencia numantina. Pertenecían a una época que hacía mucho había naufragado, que había claudicado ante los envites del progreso, de la modernidad, y se pudrían al sol, como un buque encallado en la orilla, como una ballena varada en la playa. Lo demostraban en cada uno de sus gestos, de sus palabras, con un solo golpe de sus miradas. Con la extravagante historia de Neleta, con la actitud recia de Tonet. Sentía por ellos una difusa mezcla de lástima y respeto. Ese respeto que se procesa por aquellos obcecados en causas imposibles, empecinados en seguir sendas que desembocan en abismos».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



Cachalote varado en la playa de Levante. El Canyamelar. Años 50 

Fue expuesto en los bajos del Mercado Central para verlo, a una peseta la entrada

?

lunes, 5 de agosto de 2024

Nadie corre más que el plomo…

«—Sí, ¿sabes por qué? —continuó Ana, divertida—. Porque tienen un ingrediente muy especial… Perdigones.

—¿Perdigones? —preguntó Eugenio, algo confundido, mientras Tonet seguía mirando al piso con su sonrisa velada.

—Sí, el conejo viene con perdigones. —Y Ana señaló con los ojos la escopeta que colgaba sobre el dintel de la puerta, en la que Eugenio no había reparado—. El tío Tonet no solo pesca.

—¡Anda! Oiga, ¿y los conejos son como los peces, solo se dejan coger los tontos?

—No —respondió el pescador, ya con una seriedad inquietante, clavándole esos ojos de tizne—. Nadie corre más que el plomo…».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



¿Tiro pichón?

Al fondo el puerto

Todocolección

sábado, 3 de agosto de 2024

¿Sabías que aquí, el tío Tonet, hace las mejores paellas de la provincia?. Vídeo

«Ana advirtió que la conversación que mantenían dejaba a un lado a Eugenio.

—¿Sabías que aquí, el tío Tonet, hace las mejores paellas de la provincia?

—¿Ah, sí? —Eugenio miró al pescador, que sonrió con modestia y miró al suelo de losas de cerámica, algo abrumado».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS



La paella

jueves, 1 de agosto de 2024

Parecía bien distribuido y ordenado

«El escaso espacio, todo diáfano, parecía bien distribuido y ordenado. En una esquina, junto a un pequeño ventanuco con cortinas, se ubicaba la cocina, única parte revestida de azulejos. En otra, se encontraba la chimenea y a su alrededor se había dispuesto una mesa camilla y varias sillas de esparto. Todo tipo de utensilios de cocina y artes de pesca cubrían las paredes. En el centro de la estancia se levantaba una gruesa y añeja viga de madera, que servía de sostén para la construcción. Y en la parte contraria a la cocina, una escalera llevaba a un discreto segundo piso, en el que se intuía, tras gruesas cortinas castellanas, el dormitorio».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

https://www.amazon.es/Nadie-corre-m%C3%A1s-plomo-Narrativa-ebook/dp/B0CLDD24FS




Barraca de Montoliu

El Saler

Todocolección