jueves, 15 de agosto de 2024

El mar, que había adquirido una tonalidad turquesa, se agitaba nervioso

«El mar, que había adquirido una tonalidad turquesa, se agitaba nervioso, digiriendo aún la muerte de su hijo con la que se había despertado aquella mañana. Ya en la costa, el aire se movía ligero y traía aromas de arena mojada. Encendí un cigarrillo y se lo tendí.

—¿Sabes qué fue lo último que dijo mi hermano antes de que lo mataran?».

Nadie corre más que el plomo

Ignacio Marín

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Mar de tormenta. 1899

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 43 x 64

Museo Sorolla

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