«Bajó del autobús en Guillem de Castro. A tan solo unos metros, se alzaban las Torres de Quart. Por una décima de segundo las recorrió con la mirada. Pensó en el dibujo que su padre le había hecho cuando era niña, en la cabecera de su cama.
Eran las torres que tenía delante de ella. ¿Qué era lo que le quería decir? ¿Qué significado tenían para su padre? ¿Se las dibujó sólo porque eran Monumentos Históricos de Valencia y de ahí su afán por la Historia, o realmente, había algo más escondido que no terminaban de descifrar? Siguió caminando con la mente colapsada de preguntas sin respuestas».
Las doce llaves
María Villamayor
Estampa. 23 de mayo de 1914
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