«La sobremesa estaba al rojo vivo y Tía Rosa y sus sobrinas hablaban afanosamente e intercambiaban miradas de complicidad.
—Jorge Ferrer y mi hermana Carmen alquilaron un piso precioso en la calle Navellos, y se instalaron allí nada más casarse. Desde sus ventanas se podía ver la plaza de la Virgen. Recuerdo que allí pasabais la mayoría de las tardes correteando. La relación con Miguel iba viento en popa y en muchas ocasiones, y siempre que la abuela me lo permitía, salíamos las dos parejas a pasear juntas o quedábamos en alguna casa».
Las doce llaves
María Villamayor
Calle Navellos
Todocolección
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