domingo, 10 de junio de 2018

La playa estaba casi desierta

«El mar Mediterráneo se veía precioso esa mañana de primavera. Los rayos del sol, le hacían brillar en toda su inmensidad convirtiéndolo en un gigante espejo. Estaba algo revuelto y en su bravura, hacía que las olas llegaran a la orilla con furia, ribeteadas de una juguetona espuma blanca. Alejandra, con la falda arremangada en la cintura, descalza y con las sandalias en la mano, se paseaba por la orilla. De vez en cuando, el agua rozaba sus pies sintiendo su fuerza y frescura. A su espalda había dejado un interminable camino de huellas grabadas en la arena. Había perdido la noción del tiempo, podía llevar diez minutos pero, a juzgar por los surcos que había dejado a su paso, y por el color sonrosado de sus mejillas y de sus brazos, más bien parecía que llevaba varias horas. La playa estaba casi desierta a pesar de ser cerca de mediodía. Alejandra agradeció el paseo y también su tranquilidad».

Las doce llaves

María Villamayor


Playa de Levante

Todocolección

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