«—Una última cosa, señor Puig, ¿tocaba su padre la dulzaina?
—A mi padre le gustaban las charangas, las tracas, el ambiente de ferias, como a todos. Pero no era un hombre con sensibilidad para la música. Que haya aparecido con una canya en el bolsillo no tiene que significar que supiera tocar la dolçaina. Bueno, es algo que supongo que ya estarán investigando, ¿no?».
Nadie corre más que el plomo
Ignacio Marín
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El "dolçainer" animando la fiesta de las Fallas. Años 50
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